¡Qué bien sé yo la fonte que mana y corre,

aunque es de noche!.

I

Aquella eterna fonte está ascondida.

¡Que bien sé yo do tiene su manida

aunque es de noche!

II

Su origen no lo sé pues no le tiene

mas sé que todo origen della viene

aunque es de noche.

III

Sé que no puede ser cosa tan bella,

y que cielos y tierra beben della

aunque es de noche.

IV

Bien sé que suelo en ella no se halla

y que ninguno puede vadealla

aunque es de noche.

V

Su claridad nunca es escurecida

y sé que toda luz de ella es venida

aunque es de noche.

VI

Sé ser tan caudalosos sus corrientes,

que infiernos cielos riegan y a las gentes

aunque es de noche.

VII

El corriente que nace desta fuente

bien sé que es tan capaz y omnipotente

aunque es de noche.

VIII

El corriente que de estas dos procede

sé que ninguna de ellas le precede

aunque es de noche.

IX

Aquesta eterna fonte está escondida

en este vivo pan por darnos vida

aunque es de noche.

X

Aquí se está llamando a las criaturas

y de esta agua se hartan, aunque a escuras

porque es de noche.

XI

Aquesta viva fuente que deseo

en este pan de vida yo la veo

aunque es de noche.

En una noche oscura

con ansias en amores inflamada

¡oh dichosa ventura!

salí sin ser notada

estando ya mi casa sosegada,

a oscuras y segura

por la secreta escala disfrazada,

¡oh dichosa ventura!

a oscuras y en celada

estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa

en secreto que nadie me veía

ni yo miraba cosa

sin otra luz y guía

sino la que en el corazón ardía.

Aquesta me guiaba

más cierto que la luz del mediodía

adonde me esperaba

quien yo bien me sabía

en sitio donde nadie aparecía.

¡Oh noche, que guiaste!

¡Oh noche amable más que la alborada!

¡Oh noche que juntaste

amado con amada,

amada en el amado transformada!

En mi pecho florido,

que entero para él solo se guardaba

allí quedó dormido

y yo le regalaba

y el ventalle de cedros aire daba.

El aire de la almena

cuando yo sus cabellos esparcía

con su mano serena

y en mi cuello hería

y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme y olvidéme

el rostro recliné sobre el amado;

cesó todo, y dejéme

dejando mi cuidado

entre las azucenas olvidado.

II

¡Oh llama de amor viva,

que tiernamente hieres

de mi alma en el más profundo centro!

pues ya no eres esquiva,

acaba ya si quieres;

rompe la tela de este dulce encuentro.

¡Oh cauterio suave!

¡Oh regalada llaga!

¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,

que a vida eterna sabe

y toda deuda paga!,

matando muerte en vida la has trocado.

¡Oh lámparas de fuego

en cuyos resplandores

las profundas cavernas del sentido

que estaba oscuro y ciego

con extraños primores

calor y luz dan junto a su querido!

¡Cuán manso y amoroso

recuerdas en mi seno

donde secretamente solo moras

y en tu aspirar sabroso

de bien y gloria lleno

cuán delicadamente me enamoras!

En una noche oscura

con ansias en amores inflamada

¡oh dichosa ventura!

salí sin ser notada

estando ya mi casa sosegada,

a oscuras y segura

por la secreta escala disfrazada,

¡oh dichosa ventura!

a oscuras y en celada

estando ya mi casa sosegada.

En la noche dichosa

en secreto que nadie me veía

ni yo miraba cosa

sin otra luz y guía

sino la que en el corazón ardía.

Aquesta me guiaba

más cierto que la luz del mediodía

adonde me esperaba

quien yo bien me sabía

en sitio donde nadie aparecía.

¡Oh noche, que guiaste!

¡Oh noche amable más que la alborada!

¡Oh noche que juntaste

amado con amada,

amada en el amado transformada!

En mi pecho florido,

que entero para él solo se guardaba

allí quedó dormido

y yo le regalaba

y el ventalle de cedros aire daba.

El aire de la almena

cuando yo sus cabellos esparcía

con su mano serena

y en mi cuello hería

y todos mis sentidos suspendía.

Quedéme y olvidéme

el rostro recliné sobre el amado;

cesó todo, y dejéme

dejando mi cuidado

entre las azucenas olvidado.

II

¡Oh llama de amor viva,

que tiernamente hieres

de mi alma en el más profundo centro!

pues ya no eres esquiva,

acaba ya si quieres;

rompe la tela de este dulce encuentro.

¡Oh cauterio suave!

¡Oh regalada llaga!

¡Oh mano blanda! ¡Oh toque delicado,

que a vida eterna sabe

y toda deuda paga!,

matando muerte en vida la has trocado.

¡Oh lámparas de fuego

en cuyos resplandores

las profundas cavernas del sentido

que estaba oscuro y ciego

con extraños primores

calor y luz dan junto a su querido!

¡Cuán manso y amoroso

recuerdas en mi seno

donde secretamente solo moras

y en tu aspirar sabroso

de bien y gloria lleno

cuán delicadamente me enamoras!