Los Hermanos Descalzos de la Orden de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo forman parte de una familia religiosa que inserta en el Pueblo de Dios y enriquecida con un carisma propio, cumple una misión esencial en la Iglesia y en el mundo.

La familia a la que somos llamados se inspira constantemente en la fidelidad a las enseñanzas y pilares fundamentales que nos legó nuestra madre fundadora santa Teresa, como son: vida de oración, fraternidad, servicio y formación.

Los orígenes de la Orden, así como el título de «Hermanos de la Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo», y la tradición espiritual revelan la presencia y protección de la Virgen María. Al elegir a la Virgen María por madre y patrona de la Orden, vemos en su vida interior y unión con el misterio de Cristo un modelo admirable de nuestra consagración religiosa.

Entre los venerables personajes bíblicos, rendimos culto especial al profeta Elías, que contempla al Dios vivo y se abrasa en celo de su gloria, como al inspirador del Carmelo, y consideramos su carisma profético como ideal de nuestro llamamiento a la escucha y proclamación de la Palabra de Dios. 

Nuestra forma de vida sigue la regla de san Alberto de Jerusalén. Destacamos algunas normas de conducta:

  • Vivir y servir al estilo de Jesucristo.
  • Meditar constantemente la Palabra de Dios, cultivando la lectura divina y fortaleciendo el alma con pensamientos santos.
  • Celebrar en común la sagrada liturgia.
  • Revestirnos de las virtudes que Dios nos da para vivir con mayor entrega la fe, la esperanza y la caridad.
  • Vivir la vida fraterna compartiendo los bienes.
  • Cultivar la oración preservando un ambiente de soledad y silencio.